Harry Potter y el misterio del príncipe

-        Año: 2009


Cartel
Argumento:

Sexta entrega de las aventuras del famoso mago, y segunda dirigida por David Yates, responsable de Harry Potter y la Orden del Fénix, que además fue el artífice de la excelente serie televisiva La sombra del poder (2003). Curiosamente ha recuperado al guionista Steve Kloves, que se encargó de la adaptación de las cuatro primeras, es decir de todas menos de la anterior. Su tarea no era nada fácil, ya que estamos ante una novela extensa y compleja.

Esta vez Harry Potter ayuda a Dumbledore, el director de Hogwarts a reclutar al profesor de pociones Horace Slughorn, que aunque está retirado, al ver al chico acepta, por su fama y su enorme potencial para la magia. Dumbledore pretende también que Harry le sonsaque a Slughorn sobre su participación en un oscuro hecho del pasado. El profesor Slughorn entrega a Harry Potter un viejo libro de magia que una vez perteneció a alguien llamado el Príncipe Mestizo, y que será muy útil para el joven mago. Mientras tanto, Draco Malfoy ha recibido instrucciones para llevar a cabo una misteriosa y malvada misión, bajo la protección del profesor Severus Snape.

Harry Potter y el misterio del príncipe cuenta con todos los ingredientes mágicos que hicieron funcionar a las anteriores entregas: un gran presupuesto que permite reconstruir con todo lujo de detalles el universo de J.K. Rowling, un director bastante competente, convincentes efectos especiales y un nutrido plantel de actores de primera. Esta vez, se incorpora Jim Broadbent, que logra una sentida interpretación del atormentado Horace Slughorn. Destaca también el trabajo de los chicos protagonistas, que conocen al dedillo a sus personajes. Se luce especialmente Rupert Grint, pues esta vez Ron Weasley tiene mucho papel. Todo esto bastará para contentar a un amplio sector del público, pues es cierto que estamos ante una producción de cierta calidad.

Sin embargo, Harry Potter y el misterio del príncipe está muy lejos del nivel de otros títulos de la saga, especialmente de Harry Potter y el prisionero de Azkaban, dirigida por Alfonso Cuarón, quizás la cinta más brillante hasta la fecha. Además, no se puede hablar de una buena adaptación literaria. David Yates no logra plasmar ni de lejos la tensión de la trágica novela, sobre todo por culpa de que el cineasta recurre en exceso al humor. Era difícil condensar la esencia de la obra original en las dos horas y media que suele durar cada film, lo que se agrava porque en las anteriores entregas ya se suprimieron detalles que luego cobraban gran importancia conforme se iban sucediendo las novelas.

Se comete un grave error al hacer hincapié sobre todo en las relaciones adolescentes con el sexo opuesto. Ron se echa novia, para desesperación de Hermione, que se siente celosa al tiempo que intenta ocultar sus sentimientos. Mientras tanto, Harry se siente atraído por Ginny Weasley, la hermana de Ron. Todo esto proporciona en un primer momento varios gags divertidos, pero acaba agotando, y afectando gravemente al dramatismo de la cinta, que se convierte por momentos en una especie de culebrón juvenil estilo Sensación de vivir.


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