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Argumento:
Pepa e Iván son una pareja sentimental y ambos se dedican al doblaje de películas. Cuando Iván rompe con ella, Pepa descubre que está embarazada, y lo busca para decírselo.
Iván, por su parte, estuvo casado anteriormente con Lucía, que al dar a luz enloqueció y tuvo que ser internada en un psiquiátrico, donde es abandonada por Iván. Una noche, Lucía oye la voz de Iván en el televisor, doblando a un actor de una película. En ese momento decide fingir que está curada para salir del psiquiátrico y volver a casa con Iván, descubriendo que éste se ha separado de ella.
Carlos, el hijo de Lucía e Iván, se va de casa de su madre y busca un piso con su novia, Marisa. En la búsqueda van a dar precisamente con el ático de Pepa, que ella ha puesto en alquiler en una agencia. En el piso Carlos deduce que Pepa es la amante de su padre, aunque no puede decirle a Pepa dónde está porque no lo sabe. En realidad, tanto su madre como él pensaban que estaba con Pepa. Marisa, aburrida, decide tomar un vaso de gazpacho del frigorífico de Pepa. Lo que no sabe es que ese gazpacho está dopado con somníferos, ya que en un momento de desesperación, Pepa quería dárselo a Iván para obligarle a quedarse.
Candela es una amiga de Pepa que tuvo recientemente una aventura amorosa con un árabe que resulta ser miembro de un comando terrorista chiíta que la mantiene retenida un tiempo en su propia casa mientras planean secuestrar un avión que sale hacia Estocolmo. Cuando los terroristas abandonan su casa, Candela se deshace de las pruebas y corre a casa de Pepa en busca de ayuda.
Pepa consigue entrevistarse con una conocida abogada feminista, Paulina Morales, que en lugar de aceptar el caso de Candela sospecha que es Pepa la que está involucrada con los terroristas. Allí, Pepa descubre en el despacho de la secretaria de la abogada un billete de avión para Estocolmo, aunque ella aún no sabe que ése es el avión que pensaban secuestrar los terroristas.
En la búsqueda de Iván, Pepa coincide con Lucía en un par de ocasiones, lo que hace que finalmente ésta se presente en casa de Pepa para exigirle que deje a su marido en paz. Desde la propia casa de Pepa, Carlos había llamado a la policía avisando de lo del secuestro aéreo, de modo que se presentan dos policías haciendo preguntas. Fingiendo no saber de qué están hablando, Pepa les ofrece gazpacho a todos, quedando únicamente en pie Lucía y ella misma. Lucía le tira el gazpacho a la cara y sale en dirección al aeropuerto para acabar con Iván, del que ya sabe que se va en avión con Paulina Morales.
Tras una divertida persecución por las calles de Madrid, Pepa llega al aeropuerto justo a tiempo para evitar que Lucía dispare a Iván. Una vez rescatado, Pepa por fin puede hablar con Iván, aunque tras todos los eventos del día decide que lo único que quería decirle ya no importa, volviéndose a su casa y continuando con su vida sin Iván.
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