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Argumento:
Adaptación libre de una novela de Ian Flemming, "Chitty Chitty Bang Bang, el coche mágico". La trama se desarrolla en una zona rural de Inglaterra, en la década de 1910, empezando con una carrera de automóviles con la que da comienzo la película. Caractacus Potts (Dick Van Dyke) es un excéntrico inventor que vive con sus dos hijos pequeños (Heather Ripply y Adrian Hall) en un molino lleno de estrafalarios inventos y objetos fascinantes, tras haber enviudado joven. Su padre- y abuelo de los pequeños- es un militar retirado (Lionel Jeffries), y está tan loco como su hijo. Conocen a la bella Truly Scrumptious (Sally Ann-Howes), cuyo nombre significa de forma literal algo así como "verdaderamente deliciosa", quien al ver que los niños no están en la escuela va a ver a Caractacus para echárselo en cara. Truly es hija del dueño de una fábrica de dulces al que curiosamente Potts quiere vender unos "Dulces Pitos" (caramelos) de su invención. El intento resulta ser un fracaso pues los caramelos-silbato sólo consiguen atraer a todos los perros de la zona, creándose una de las tantas situaciones rocambolescas que se dan a lo largo de la película. El joven inventor consigue convertir un viejo coche de carreras en un mágico vehículo capaz de volar. A bordo de "Chitty Chitty Bang Bang", junto a Truly y los niños viven fascinantes aventuras y viajan a Bulgaria donde el villano barón Bomburst hace de las suyas y quiere robarles el Chitty chitty Bang Bang, y donde un villano juguetero tiene secuestrados a todos los niños por orden de la baronesa que los aborrece y escondidos en grutas construidas en el subsuelo.
Finalmente todo acaba bien y no se sabe si lo que han vivido ha sido del todo real o si lo han imaginado todo a raíz de las historias mágicas que inventa Caractacus. Para la dirección de la cinta se contrató a Kenn Hughes, realizador inglés que tiene en su carrera interesantes películas como "Los juicios de Oscar Wilde (1960)", "Casino Royale (1967)" o la que es una de mis películas favoritas del cine británico, "Cromwell (1970)" con un Alec Guinness soberbio en el papel protagonista. Siguiendo la estela del éxito de "Mary Poppins (1964)", en productor Albert R. Broccoli, muy conocido por sus producciones de la saga de James Bond, adapta del mismo autor de las aventuras del famoso espía británico, Ian Flemming, su obra sobre el coche mágico y lo convierte en un popular y exitoso musical de corte familiar, contando con la presencia de Dick Van Dyke, quien ya arrasó en taquilla con su rol del deshollinador Bert en "Mary Poppins", y quien estaba triunfando en la televisión norteamericana con su propio show. Como entonces, Van Dyke está realmente sublime en esta nueva superproducción demostrando sus dotes para el canto, el baile, y hasta para las acrobacias. Muy entrañable resulta la escena en la que se hace pasar junto a Truly por una marioneta para engañar a los barones y así poder rescatar a los niños.
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