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Argumento:
Holly Golightly es una de esas adorables e indefinibles criaturas que ha dado la pluma de Truman Capote. Una mujer elegante y sofisticada, exquisitamente frívola, mundana, que desprende encanto por todos sus poros, aunque nada concreto parezca ocupar medianamente su cabeza. El film arranca con ella tomándose un croissant en la Quinta Avenida, mientras contempla las joyas del escaparate de Tiffany, la famosa joyería neoyoquina. La leyenda asegura que el establecimiento abrió en domingo por primera vez para que pudiera rodarse la escena, pues se requería que la calle estuviera completamente desierta.
El guión se debió a George Axelrod, experto en esto tipo de obras ligeras, como acredita su obra La tentación vive arriba, que adaptó para el cine con Billy Wilder y Marilyn Monroe. Lo cual no quita para que el genio de comedia y enredo de Blake Edwards brille en cada fotograma del film. El cineasta se explaya especialmente en la surrealista escena de la fiesta, plagada de gags disparatados, y que llevaría al extremo siete años más tarde en El guateque. La escena final bajo la lluvia, es una de esas que quedan grabadas en oro en la historia del cine por derecho propio: el gato arrojado al aguacero, ella buscándolo, el encuentro de los dos enamorados, todo ello acompañado musicalmente por Henry Mancini, es soberbio. Y es que capítulo aparte es la banda sonora, premiada con el Oscar al igual que el precioso tema, de Mancini y John Mercer, 'Moon River', interpretado memorablemente en el film por la Hepburn sentada en el marco de la ventana.
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