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Argumento:
P. Tinto (Luis Ciges) está obsesionado con tener una gran familia, lo que le lleva a poner en marcha su "proyecto", un clásico dibujo con palillos, mostrando una numerosa familia donde se observa a un padre, una madre, ocho niños y, al final del dibujo, un garabato de un ratón, y debajo el lema "Familia P. Tinto". En el banquillo de su escuela conoce a Olivia Prieto (Silvia Casanova), una muchacha ciega, que se sienta junto a él y toma el papel. Pasando su mano sobre el mismo dice: "Ah, esto es justo lo que necesito; no sé si será suficiente, pero es lo que busco". P. Tinto se enamora de su mirada (sin saber de su ceguera). En su niñez ambos oyen de casualidad a los adultos decir que para tener niños hicieron "Tralari, Tralarí", estirando y contrayendo oon los pulgares los tirantes que sostienen sus pantalones. Olivia y P. Tinto, de acuerdo con lo oído, guardan ese secreto para cuando llegue el momento intentar tener hijos al ritmo de "Tralari, Tralarí". Lógicamente aquello no les da ningún resultado. En su casa, situada en el campo, ven pasar los años, así como el Expreso Pendular (que pasa velozmente cada 25 años), hasta que un día, tras pedirle a San Nicolás desesperadamente que les dé un hijo, aparecen dos marcianos José Ramón (Javier Aller y El Teniente Emilio Gavira), cuyo OVNI, un "Desplazable Aerodinámico Topolino Coupé XT3", se avería de casualidad frente a la casa de los P. Tinto. Éste y Olivia, al confundir a los marcianos con los hijos que han pedido al santo en sus oraciones, acaban por adoptarlos como hijos suyos, a pesar de que los marcianos les explican insistentemente que vienen de otro planeta. Sin embargo, P. Tinto no siente a los "niños" como propios, por lo que decide adoptar un niño africano. Entonces aparece Pancho José (Pablo Pinedo), un gigantón extranjero escapado de un manicomio, que lleva consigo una bombona a cuestas, y P. Tinto contrata a Usillos (Janfri Topera) para que construya una habitación a su hijo "africano", personaje que, aparte de ser un constructor excesivamente nacionalista, está dispuesto a convertirse en un gran ufólogo y trabajar para la NASA. Con esta singular mezcla de personajes comienzan a sucederse divertidas y surrealistas historias, viajes en el tiempo, el cierre de la fábrica de obleas de P. Tinto, la vocación sacerdotal de uno de los marcianos y, sobre todo, el ansia de Pancho por volver a ver a su madre, que murió aplastada por una caja de queso de tetilla.
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