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Argumento:
El británico Rowan Atkinson retoma a uno de sus personajes, que sin ser tan popular como su inolvidable Mr. Bean, también tuvo éxito. Se trata de Johnny English, agente del servicio secreto británico que se distingue por ser bastante patoso. Esta secuela del film de Atkinson de 2003 tiene al frente a un director de prestigio, Oliver Parker, autor de adaptaciones de Oscar Wilde como Un marido ideal. No deja resultar extraño que se titule en España Johnny English Returns cuando se llama originalmente Johnny English Reborns.
Después de una operación en Mozambique, que fue un auténtico desastre, Johnny English ha dejado de pertenecer al MI7. Se ha retirado a un monasterio budista, en una remota región de Asia, donde aprende a controlar el cuerpo y la mente. Pero cuando se sospecha que alguien puede estar planeando un atentado contra el primer ministro chino, que se dispone a visitar Londres, vuelven a llamar a English, pues le consideran uno de sus antiguos hombres más valiosos. Cuando inicia sus pesquisas, English descubre que detrás de todo se encuentra Vortex, una siniestra organización compuesta por tres hombres. Cada uno de ellos guarda una de las tres piezas que forman una misteriosa llave.
Predecible y ligero, lo cierto es que al film no se le puede reprochar que no cumpla su principal aspiración: hacer reír al espectador. Muchos son los momentos que tienen su gracia, el de una silla que se alza y se baja involuntariamente en plena reunión con el primer ministro británico, o las apariciones de una asesina asiática anciana a la que Atkinson confunde con otras personas. Como es habitual, Atkinson se luce más cuando el gag no se basa en los diálogos, sino en sus gestos y movimientos.
El film homenajea constantemente a las películas de James Bond que le sirven de modelo, más aún que la primera parte. El guión se parece bastante a la típica aventura de 007, así como sus secuencias de acción, y algunos personajes. Por ejemplo, Gillian Anderson –pelirroja que en esta ocasión luce curiosamente una melena castaña–, encarna a una jefa dispuesta a acabar con el tradicional machismo asociado con el cuerpo en el pasado, al igual que el personaje de Judi Dench en la saga de Bond. Y por supuesto, tienen una gran importancia los inventos del personaje que emula al célebre Q.
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