Angkor Wat

-        Año: 2006


Cartel
Argumento:

Angkor, la ciudad perdida del antiguo reino de Camboya

La primera noticia que se tuvo en Europa de los hoy célebres templos de Angkor Wat data de 1601. Un franciscano español llamado Marcelo de Ribadeneyra se refería en un libro a «una gran ciudad en el reino de Camboya», con «muros curiosamente labrados» y grandes edificios de los que tan sólo quedaban ruinas. La información le había llegado de misioneros españoles y portugueses que llegaron hasta Longvek, la capital del reino de Camboya, pocos kilómetros al norte de Phnom Penh.

En su empeño por predicar el cristianismo, los misioneros no dudaron en internarse en la jungla más allá del río Mekong; así fue como se toparon con los silenciosos restos de una ciudad de inusitada grandeza, con fuentes, canales, templos y puentes suspendidos sobre gigantes de piedra. Aunque ninguno de ellos puso por escrito sus impresiones, éstas quedaron recogidas en varios libros, como el de Ribadeneyra o la Relación de los sucesos de la Cambodja de fray Gabriel Quiroga de San Antonio, publicado en 1604. Quiroga fue el primero en citar el nombre de Angkor Wat al referirse a «un templo de cinco torres llamado Angor».

No siendo arqueólogos ni historiadores, los misioneros no podían saber que aquellas ruinas correspondían a Angkor, centro religioso y capital de los reyes khmer (o jemer) desde su fundación en el siglo IX hasta su abandono a principios del siglo XV. De hecho, la triste situación del reino de Camboya en el siglo XVI, objeto de constantes saqueos por sus vecinos, llevó a los misioneros a pensar que aquella ciudad abandonada no podía ser obra de los camboyanos. Ribadeneyra atribuyó su construcción a Alejandro Magno o a los romanos, mientras Quiroga creía que era obra de los judíos, quienes habrían estado en la región antes de asentarse en China.


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