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Argumento:
'Impacto súbito' sigue narrando las andanzas del Inspector de policía Harry Callahan en la ciudad de San Francisco, aunque en esta ocasión la mayor parte de la acción transcurre en una pequeña localidad a las afueras, a la que Callahan ha sido destinado por sus superiores para investigar las ramificaciones de un caso que encierra varios asesinatos con una firma muy personal: un disparo en los genitales y otro en la cabeza de las víctimas. Estructuralmente la película es muy cercana al primer film de la saga, 'Harry el sucio' ('Dirty Harry', 1971) de Don Siegel, de quien Eastwood aprendió una buena parte de lo que sabe como director. Presentación con el primer crimen del asesino, examen del escenario por parte de Callahan, acercamiento y alejamiento del Inspector al asesino, varias muertes por el camino, y clímax final por medio de una persecución en escenario solitario.
Pero 'Impacto súbito' sigue otros derroteros a la hora de presentar la figura del asesino. Esta vez se trata de una mujer, Jennifer Spencer, que junto con su hermana fue violada hace años por un grupo de personas a las que ahora está asesinando, por culpa de un error que permitió que saliesen indemnes. Es el personaje de Spencer, interpretada por una perfecta Sondra Locke, y su tratamiento lo que la empareja en cierta medida con el de Jessica Walter en 'Escalofrío en la noche' colocándola en la finísima línea que separa el bien del mal, y que no siempre coincide con el de la justicia. A ambos personajes les une una obsesión, y Spencer es retratada magistralmente por Bruce Surtess como una especie de ángel de la muerte, sobre todo en el momento que recuerda lo sucedido, mostrado a través de un morboso y escalofriante flashback.
Sin embargo y a pesar de las muertes que realiza Spencer, no nos encontramos ante un ser tan demencial como el de Scorpio en 'Harry el sucio'. Ella sólo mata por venganza y para terminar algo que la justicia no terminó, e incluso cuando descubre que uno de los participantes en la violación ha quedado en estado de shock de por vida debido a ello, decide no matarlo. Cuando Callahan descubre que ella es la asesina, comprende que meterla en la cárcel no mejoraría las cosas, sino más bien todo lo contrario, por ello no la delata. Se podría ver esto como una contradicción del mensaje de 'Harry el fuerte' ('Magnum Force', Ted Post, 1973) en el que se subrayaba que un hombre debe conocer sus limitaciones, y en la que un grupo de policías al margen de la ley se encargaban de hacer desaparecer a aquellos criminales que la justicia dejaba en libertad. Aquí hablamos de una víctima resentida, al fin y al cabo Callahan siempre había sostenido que el sistema nunca pensaba en los derechos de las víctimas, y en 'Impacto súbito' esto es llevado hasta sus últimas consecuencias.
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