Argumento:
Justo después de rodar La pasión ciega, Raoul Walsh volvió a echar mano de Humphrey Bogart e Ida Lupino para dirigir una de las cumbres del cine negro. Pero, esta vez, Walsh hizo quizá algo mucho más importante: ofrecer a Bogart su primer papel protagonista. El actor de la voz gangosa y el labio insensible no desaprovechó la ocasión y comenzó su ascenso hacia el mito. Ya en la primera escena, cuando se presenta saliendo del penal con las manos sobre el cinturón (pose de Bogie que llegó a ser característica), el espectador queda atrapado por la figura de Roy Earl, un gángster que desea `retirarse´, aunque después de realizar un último trabajito... Una chica, con la misteriosa mirada de Lupino, será su único apoyo. Para la posteridad queda la última gran secuencia en la ladera de la montaña... Aquí fue cuando el gángster comenzó a ser el bueno de la película...