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Argumento:
El maestro Fritz Lang dirige este interesante drama, con aires de film noir, basado en el libreto teatral de Clifford Odets. La trama se centra en el regreso de Mae Doyle a su pueblo natal, procedente de la ciudad. Mae, mujer de mundo, espabilada y poco hogareña, escapó antaño con un hombre, y ahora no es bien recibida por su hermano Joe. Quienes sí la acogen con cariño y admiración son Peggy, la pizpireta novia de Joe, y un antiguo amigo de la familia, el pescador grandote y bonachón Jerry. Poco a poco la vida de Mae se apacigua y comienza a salir para divertirse, acompañado de Jerry y de su amigo Earl, un tipo algo descarado y arrogante, que despierta en Mae sentimientos contrapuestos, a un tiempo atrayentes y repelentes.
Con este material, el germánico Lang hace alarde de talento narrativo y de eficacia a la hora de envolver de intensidad algunas escenas. La historia ofrece reflexiones acerca de la naturaleza del verdadero amor, alejado del capricho y asentado en el compromiso, aunque quizá el resultado final sea algo simplista y forzado. Robert Ryan compone un Earl algo envarado y en verdad despreciable, contrapunto perfecto del Jerry de Paul Douglas. Y el personaje de Mae -motor del film- está perfectamente retratado por la gran Barbara Stanwyck, una actriz de una fuerza descomunal para transmitir independencia femenina. La película supuso la única colaboración entre Lang y la irresistible Marilyn Monroe, aquí en un papel menor pero muy jugoso, que ella borda con su habitual aire de chica sencilla y un poco tarambana, de gran corazón.
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