|
|
|
|
Argumento:
Estamos en 1942, en el cruento marco de la batalla de Estalingrado. Los alemanes están a punto de conseguir la ciudad a orillas del Volga, lo que supondría la victoria definitiva en el frente del Este. Sin embargo, entre los aullidos de los obuses, va a surgir la figura de Vassili Zaitsev (Jude Law), un humilde pastor de los Urales que destacará por su increíble destreza para abatir a cuanto enemigo se le pone a tiro. El camarada Danilov (Joseph Fiennes), encargado de la propaganda y sabedor de lo importante que es tener a un héroe para levantar a las desmoralizadas tropas soviéticas, no dudará en encumbrarlo. Al mismo tiempo que surge la amistad entre ellos, también aparecen las diferencias por el amor de una joven soldado (Rachel Weisz). Del otro lado, el contraataque nazi se centrará ahora en acabar con el héroe ruso. El mayor Koenig (Ed Harris) asumirá la misión, un astuto y peligroso rival que se enfrentará a Vassili en un duelo de francotiradores de proporciones épicas.
El director Jean Jacques Annaud relata con pericia una historia intimista dentro del fragor de la batalla, sin desaprovechar los elementos del género bélico, que nos hacen disfrutar de un grandioso espectáculo. Lo hace partiendo de un duelo como eje central, del enfrentamiento entre dos hombres en una guerra silenciosa que saca a la luz contrastes y extremos de aquello que representan sus respectivos bandos. Todo con un sabor agradabilísimo a western clásico. Con inteligencia y maniqueísmo asumido se pone la mira telescópica sobre lo bueno y lo malo, lo justificable y lo atroz. No hay equívocos a la hora de señalar lo absurdo de cualquier guerra o los espurios fines de cualquier signo de propaganda. Desde los polos contrarios de los francotiradores, Annaud tensa la acción dramática e introduce magistralmente, en el continuo acecho, en cada trampa, un suspense que lleva a contener el aire y, más tarde, a respirar a tumba abierta. La emoción impregna todo el film y de ella se revisten el acontecimiento histórico y las vidas entrecruzadas de sus personajes: “Hemos cogido un acontecimiento histórico e intentado comprender lo que ocurrió en el corazón de las personas que lo vivieron”, afirma el director francés. Un terreno propicio donde sacar a flote valores como la amistad y el amor, éste un poco con calzador. Luego está la fabulosa aportación técnica y artística, el equilibrio en el ritmo del film, los planos sobrecogedores y sugerentes (¡qué maravillosos ojos!) y un casting extraordinario en el que Jude Law está a la altura de las circunstancias y Ed Harris, impagable.
|
|