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Argumento:
Divertida sátira, aunque con mirada amable, hacia las mujeres, algunas de cuyas pautas de comportamiento se ponen en solfa para señalar que, al final, ellas son las que mandan de verdad. Mario Monicelli y Steno son muy originales en el planteamiento del film, desde un arranque como de película muda, al recurso de que Totò se dirija directamente a la cámara para interpelar al espectador. De este modo, refugiado en el desván al que debe acudir para poder leer por las noches sin que le moleste su esposa, el protagonista va describiendo sus numerosas experiencias con las mujeres en situaciones muy diversas: atendiendo a una clienta en la tienda donde es dependiente, simulando una enfermedad para que le atienda el médico buen partido para su hija, saliendo con mujeres de vida alegre aprovechando que la parienta se ha ido de veraneo, etc, etc. La gracia innata de Totò y el ingenio de las situaciones pergeñadas por los guionistas y plasmadas en celuloide por el dúo directorial conforman un film que no ha perdido chispa con los años, aunque tal vez alguien sin sentido del humor podría tacharlo de misógino.
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