Salario para matar

-        Año: 1968


Cartel
Argumento:

Franco Nero es el protagonista de la historia. En voz en off su personaje nos comienza a contar la primera parte de la película. Sin duda, y pese a que nos cuenta la historia de un revolucionario mexicano, Sergei Kowalski es el verdadero motor, y lo mejor del film. Kowalski es un europeo que se dedica a vender sus conocimientos en armamento y su experiencia en batalla. Ataviado con una estupenda gabardina, unos impecables guantes negros, lleva con orgullo su Medalla de Distinción "La Polonia Restituta" (condecoración que se otorgaba a los héroes de la unificación polaca) y usa con precisión su pistola española Astra 400 del 9 largo.

Contratado para un "simple" trabajo de transporte de plata de una mina, el Polaco se ve en medio de un levantamiento en dicha mina por parte de los trabajadores, hartos de las condiciones infrahumanas en las que malviven. A la cabeza de la misma se encuentra Pancho Roman, un paleto, simple y embrutecido mexicano. El Polaco no duda en ponerse de lado de los revolucionarios, pero a cambio de un alto sueldo. Así nace una sociedad entre ambos. Con la excusa de la revolución, todos empiezan a enriquecerse, aunque la banda pronto es perseguida por el Ejercito, mandado por el antiguo patrón de Pancho Roman, Alfonso Garcia (Eduardo Fajardo) y con la ayuda de "Ricitos", un asesino sin escrúpulos de la peor calaña, papel que recae sobre el siempre mal aprovechado Jack Palance.

Por desgracia para el Polaco, todo esto comienza a cambiar cuando se une a la banda una guapa muchacha, de nombre Columba (Giovanna Ralli), que poco a poco empieza a cambiar la mentalidad de Roman con ideales de justicia y de verdadera revolución. Desatendiendo los consejos del Polaco, Roman decide realmente luchar por la Revolución, y al final solo consigue que su gente muera arrasada por el ejercito, y a él no le queda otra que escapar y esconderse, aunque no logrará esquivar a su pasado bandolero, que se le presentará en forma de dos asesinos comandados por "Ricitos"...

Obviamente, con semejante demostración de que intentando perseguir los ideales justos uno no va a recibir nada bueno a cambio, podríamos pensar que estamos ante una historia bastante poco alentadora sobre la lucha revolucionaría, pero por suerte, creo que todo queda más claro en el ultimo dialogo entre los protagonistas, en el cual Roman le dice al Polaco que él tiene un sueño, y que por eso seguirá luchando, pese a tenerlo todo en contra.

Pero más allá de la cuestión moral que encierra "Salario para matar", yo sin duda prefiero quedarme con la verdadera virtud de la película, que no es otra que las excelentes escenas de tiroteos y acción desenfrenada.Y si, volver a ver a Nero con una metralleta no tiene precio...


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