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Argumento:
La guerra de trincheras de la I Guerra Mundial según el gran Howard Hawks y el novelista William Faulkner, coautor del guión.
El film describe con el trasfondo bélico y varios puntos en común con La escuadrilla del amanecer, anterior trabajo de Hawks y Faulkner, un triángulo amoroso entre un oficial de gran valía, pero adicto a mezclar coñac con aspirinas, una enfermera que le atiende por lástima, y un militar recién llegado. Y aunque no faltan momentos para el heroísmo, se incide en el absurdo y el horror de toda guerra. A este respecto resulta muy eficaz el momento en que las tropas francesas detectan que los alemanes están cavando debajo de su posición para colocar explosivos. Saben que son carne de cañón, y la duda es si serán ellos los muertos, o la tropa que venga a relevarles a la mañana siguiente. La fotografía de Gregg Toland en las escenas de combate resulta memorable, y el reparto, principales y secundarios, está sublime.
Sensacional resulta el trabajo de Lionel Barrymore (1878-1954), que da vida al padre del oficial, voluntario en el frente pese a su edad. Su valentía para ir al combate no impide que el miedo haga presa en él, lo que da pie a algunos de los mejores momentos del film. Lionel pertenece a una ilustre familia de actores donde también destacan John, Ethel y Drew Barrymore.
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