Argumento:
Película de propaganda y exaltación de los valores del FBI, organismo creado en 1924 y que lo mismo combatió a miembros del KKK y gángsteres como Dillinger que conspiraciones comunistas. Precisamente la historia se centra sobre todo en los años 50, cuando en plena 'guerra fría' la obsesión comunista hizo que las autoridades norteamericanas sometiesen a sus ciudadanos a un férreo control, donde cualquiera podía ser sospechoso de espionaje.
Narrada bajo el prisma de uno de sus más veteranos agentes –convincentemente encarnado por James Stewart–, en realidad parecen episodios sueltos engarzados de cualquier forma en sus excesivos 150 minutos de metraje. Tiene una poderosa partitura de Max Steiner y buenas escenas de acción. Por supuesto se omiten las partes más negativas de la organización. Edgard Hoover, director del FBI desde 1928, hace un cameo.