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Argumento:
Charity Hope Valentine (Shirley MacLaine) es la protagonista de este largometraje, una mujer de unos treinta casi cuarenta años que desde su presentación, en los créditos iniciales, ya se ve como un personaje alegre, activo y con muchísimo carisma. Trabaja en un prostíbulo donde es frecuentada junto a sus compañeras por muchos hombres, Charity tiene un sueño (que se vuelve casi un defecto), encontrar y tener un hombre que la ame, la valore y la saque de la situación en la que se encuentra.
Digo que su anhelo se convierte prácticamente en un defecto por toda la angustia que vive a lo largo del poco más de dos horas que dura el metraje, el error de esta mujer es sentir la necesidad de ocupar un complemento que la haga ser plena y feliz. Hay que decir que por esta situación sufre y mucho, desde los primeros minutos hasta el clímax terrible del film, que a su vez en el cierre le hace caer en razón del error que cometía, de lo equivocada que estaba.
Sweet Charity cuenta con guion escrito por Peter Stone, basado en una obra teatral de Neil Simon que a su vez, se basa en el guion del afamado film Le notti di Cabiria (Las noches de Cabiria, 1957) de Federico Fellini. Representa el primer largometraje de Bob Fosse, quien ya contaba con cierta carrera como bailarín, coreógrafo y actor. Se trata de un musical coreografiado por el propio Fosse que no fue muy bien recibido, considerado incluso un fracaso que determinó la forma en como realizará sus próximos trabajos.
La película cuenta con una protagonista bastante carismática como se mencionó previamente, pero bastante inocente, ambos puntos tan marcados y tan representados que su presencia gusta mucho pero también disgusta en otros momentos debido a su accionar. Eso sí, lo que no se pone en duda es el increíble trabajo que realiza MacLaine, metida totalmente en el personaje y dándole todos los matices que dicha interpretación ameritaba, y son bastantes, mucho drama y mucha comedia.
Su frase de cabecera, que llega a mencionar en algún momento del metraje es que: “Sin amor la vida no tiene sentido”, cuestión que podría vislumbrarse como cierta pero donde a ella se le olvidaba algo muy importante, en todo este afán de buscar un hombre, de buscar al amor de su vida, de encontrar a la persona que la ame por lo que es, se le olvidaba el amor propio.
Sweet Charity es un film agradable con el defecto de que se excede en minutos, es muy redundante en su propuesta que queda clara muy rápido, la música a cargo de Cy Coleman y las coreografías son muy atractivas al inicio pero comienzan a perder fuerza, lo que es realmente una pena en musical. Un trabajo aceptable pero que difícilmente repetiría.
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