Crónica de una muerte anunciada

-        Año: 1987


Cartel
Argumento:

30 años después del asesinato de Santiago Nassar (Anthony Delon), su mejor amigo, Cristo Bedoya (Gian Maria Volonté), regresa a su pueblo como director del hospital. Mientras recorre el pueblo estancado en el tiempo, comienza a reconstruir los hechos que llevaron a este crimen. Santiago, un joven adinerado y descendiente de turcos por parte de su padre, era un joven apuesto con una novia llamada Flora Miguel (Carolina Rosi) adora a Plácida Linero (Lucia Bosé) su madre, y pasa su tiempo tratando de seducir a Divina Flor, hija de Victoria Guzmán (Leonor Gonzalez Mina), criada de la casa y a quién Plácida odia, sabiendo que fue amante de su difunto esposo.

En medio del letargo del pueblo (Donde nunca pasaba nada), la vida cambia cuando un joven y adinerado ingeniero de trenes llamado Bayardo San Roman (Rupert Everett), quién conoce a la bella Ángela Vicario (Ornella Muti), una hermosa joven de fuerte carácter y que rechaza los audaces intentos de Bayardo por conquistarla, pero que termina cediendo a las presiones de su familia para casarse con el.

Bayardo recibe de su padre un auto y compra la casa más grande y lujosa del pueblo para vivir con Ángela, hasta que finalmente se casan en una fastuosa boda a la cual están invitados todos los habitantes del pueblo, incluidos Santiago y Cristo (Sergi Mateu en su versión joven). En plena noche de bodas, Bayardo descubre que Ángela no es virgen. Humillado, la regresa con su familia donde Pura Vicario (Irene Papas), la madre de Ángela, la golpea y exige saber la verdad. En medio de la ebriedad, sus hermanos, Pedro y Pablo (Carlos y Rogerio Miranda) exigen saber quién la deshonró. Presionada, Ángela solo atina a decir: "Santiago Nassar".

Los hermanos van a afilar los cuchillos a la carnicería de Faustino Santos (Edgardo Román) y van por el pueblo gritando que van a asesinar a Santiago, para luego ir a embriagarse a la tienda de Clotilde Armenta (Vicky Hernández) quién da aviso al alcalde para que los lleven a prisión y tratar de evitar el crimen. Esa mañana, el pueblo espera la llegada del Obispo, quién pasa de largo por el puerto sin bajar de su barco. Poco después, los gemelos son liberados y el pueblo está a la espera de los hechos, donde algunos quieren pero no pueden impedir la tragedia y otros no mueven un dedo por evitarlo.

Santiago va a visitar a su novia Flora, pero esta lo rechaza luego de oír que el es el responsable de deshonrar a Ángela Vicario. Al verse rodeado, Santiago trata de buscar refugio en su casa, pero su madre cierra la puerta de frente, creyendo que su hijo ya estaba a salvo por las palabras de Divina Flor. Ahí, el joven es apuñalado por los hermanos Vicario, quienes luego del crimen buscan refugio en la iglesia clamando su inocencia y haber limpiado su honor. Santiago se tambaleó hasta caer muerto en medio de la plaza.

Bayardo se echa a la pena y se hunde en la bebida abandonando el pueblo, mientras Ángela vive en la que iba a ser su casa de mujer casada, perdidamente enamorada de su esposo, pasando los años escribiéndole cartas de amor. La reconstrucción del crimen por parte de Cristo Bedoya es la representación del sentimiento de culpa del pueblo por no haber impedido este crimen. Bayardo San Román tampoco pudo olvidar a Ángela y regresa creando un camino con las cartas escritas por ella, quién al seguirlas lo ve de nuevo y se arrodilla a sus pies.


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