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Argumento:
Arizona, 1874. Link Jones, un antiguo pistolero dedicado al bandidaje, se ha redimido y es un hombre respetado por sus vecinos. Tanto es así, que, depositando toda su confianza en él, le han entregado seiscientos dólares destinados a contratar a una maestra para la escuela que piensan inaugurar. Con esta misión, Link emprende un viaje en tren, pero inesperadamente el destino lo devuelve a su pasado, poniendo en peligro su reputación.
Anthony Mann rodó en la década de los 50 una serie de westerns, la mayoría con James Stewart como protagonista, de reconocida fama y prestigio, pero probablemente sea “El hombre del oeste” -el único que rodó con Gary Cooper- el mejor de todos ellos.
La tranquila vida de un pistolero regenerado se ve alterada cuando tiene que coger de nuevo las armas para salvar su vida y la de otras personas inocentes atrapadas en una situación límite. Una historia convencional y con cierto aire a “déjà vu” permite a Mann articular un poderoso y barroco discurso de tintes trágicos sobre la fatalidad y el destino, la lealtad y la traición, la inescapabilidad del pasado y la búsqueda de un futuro mejor.
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