Historias de Filadelfia

-        Año: 1940


Cartel
Argumento:

Esta historia gira alrededor de una dama de la alta sociedad a punto de contraer matrimonio por segunda vez. Plantea un análisis de los convencionalismos e hipocresía de la clase burguesa norteamericana en los años 40, salpicado con toda clase de enredos y situaciones humorísticas entre los tres personajes principales.

La acción de Historias de Filadelfia tiene lugar en una mansión señorial de Filadelfia (Pensilvania), en 1939, durante 24 horas. Narra la historia de Tracy Lord (Katharine Hepburn), hija de una familia acaudalada, muy conocida en la ciudad, divorciada de C.K. Dexter Haven (Cary Grant). Es de temperamento indómito, mandón, vanidoso y caprichoso. Dos años después del divorcio está a punto de volver a contraer matrimonio con George Kittredge (John Howard), un hombre oscuro, aburrido y mediocre. Para inmortalizar la celebración una pareja de periodistas, Macauley Connor (James Stewart) y Elizabeth Imbrie (Ruth Hussey), son invitados por C.K. Dexter Haven a tan esperado evento. Cary Grant, Katharine Hepburn, James Stewart y Ruth Hussey en un fotograma del reclamo de la película.

La historia comienza con una escena retrosprectiva -rodada bajo los cánones del cine mudo y que ya forma parte de la historia del cine- que explica el acalorado final del primer matrimonio de Tracy, que rompe un palo de golf de Dexter y éste, irritado, la empuja haciéndole caer al suelo. Esta escena deja claras las líneas en las que se basa el film: el carácter ingobernable y obstinado de Tracy y las ansias de venganza de Dexter.

Dexter, confabulado con una revista sesacionalista del corazón -Spy-, perpetra un montaje que permite el acceso a la casa de los Lord, el día antes de la boda, de un periodista, Macauley "Mike" Connor (James Stewart), y de una reportera gráfica, Elizabeth "Liz" Imbrie (Ruth Hussey).

Tracy se verá enfrentada a una inesperada situación, en la que cree que ha de elegir entre un novio del que no está enamorada, un admirador entrañable y un ex-marido que la irrita con su forma de ser . Pero en realidad, el problema al que se enfrenta Tracy es otro: la alternativa de madurar, adquirir tolerancia y comprensión, contener sus arrebatos de furia y convertirse en un ser humano -como ella dice al final-, o seguir igual. El proceso de reflexión y decisión es complejo por la falta de tiempo, los prejuicios y la guerra de sexos que mantiene con varios hombres. La trama y la subtrama -el lío escandaloso del padre con una jovencita y la amenaza de su publicación- son conducidas por el director con delicadeza, gracia e ingenio.

Magnífico guion que constituye el plato fuerte del film junto a las interpretaciones y perfecta dirección de actores de George Cukor, al que la genialidad del equipo le permitió rodar la película en ocho semanas sin necesidad de repetir tomas. La trama y subtrama están perfectamente dibujadas. Los diálogos son polifónicos, rapidísimos y brillantes, irónicos y llenos de sofistificación, gracias al extraordinario trabajo de J. L Mankiewicz. Con una música excelente, una fotografía que sobresale por su magnífico dibujo y el manejo del color -claroscuro, fondos oscuros, negros/blancos intensos, brillos, etc.-, y una dirección que impone elegancia, sutileza y un fino sentido del humor - hablo de sonrisas-.

Con tres de sus actores nominados por la película: Ruth Hussey, James Stewart -ganó el Óscar por esta interpretación- y Katharine Hepburn; con Cary Grant y con toda una galería de reconocidos secundarios, esta comedia está considerada un clásico del cine.

El final, y como comedia romántica sofisticada, termina con una Tracy dispuesta a cambiar y donde la historia pone a cada uno de los personajes en su sitio.


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